Así nos llegó la influenza de un día para otro, casi sin avisar, como el narco, como los secuestros, como las ejecuciones, como las marchas, las crisis económicas y los líderes legítimos.
Ahora tenemos influenza "marrana" digo porcina. Hasta la semana pasada no pensaba más que en el marcador de ejecuciones del narco o la posibilidad de un secuestro o de como hacerle para cobrar a mi cliente porque si no, no hay quincena. Y ahora debo preocuparme por como toser.
Por si nos faltara poco para que pudieramos desconfiar de los unos a los otros, ahora todos aquellos que no se cubran la boca, son sujetos de sospecha de terrorismo biológico. Ahora sí, todos somos Marcos.
Hablando de desconfianza mis amigos regios y guanatos, deben estar pensando. "Ya ven, les dije que los chilangos era la raíz de todos los males". Bueno tal vez no todos... pero si los de cadena nacional.
Ni misa, ni cines, ni antros, ni museos, ni zoologico, ni parques, ni teatro, ni eventos, ni fútbol, ni escuela, ni ganas de ir a trabajar.
Pero lo peor de todo, es pedir que no se salude de mano, ni de beso en la mejilla. Cosa que ya no resulta tan dificíl en estos tiempos, dónde el simple hecho de dirigir la mirada puede ser sujeto de desconfianza.
A que gripa tan marrana, por lo menos ya me olvide de la crisis del América, de los impuestos y de pagar mi tarjeta de crédito.
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