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Hace mucho me cosquilleo la fantasía y la melancolía y cuando las saqué de mí se volvieron letras, luego se fueron al olvido y de ahí parto, para compartirlas con mis amigos.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Sales caminando (Mi experiencia de la vasectomía)

Hace más de 4 años, hablamos mi esposa y yo sobre la necesidad de una solución anticonceptiva, si ella o yo nos operábamos.

Por mi parte alardeé y dije que yo me aventaba el trompo a la uña, como quién dice que yo haría la operación de la vasectomía.

Pues bien para ser honestos conforme fuí informándome sobre el procedimiento, más me dio miedo. Efectivamente los hombres somos más chillones con este tipo de cosas, las mujeres se tienen que someter a procedimientos como el parto, la cesárea, el ligado de trompas, el papanicolau, etc. y no hacen tanto "pancho" como nosotros o al menos como yo.

Hablé con otras personas que se habían hecho la operación y todos me decían lo mismo: No te preocupes si sales caminando... ajá. No me ayudó mucho. Pero bueno coincidió mi incapacidad de la rodilla con la cita que tenía de hace meses y procedí.

Así que este relato está dedicado para hombres que estén pensando en hacerse la vasectomía, sin nada de romance o que te digan que es tan sencillo que sales caminando.

  1. Tomar la decisión. Siempre te dicen que es por "paternidad responsable" el "mejor regalo para tu pareja", la verdad es que tomes la decisión por lo que a ti te convenza realizar un cambio que te haga responsable de esa decisión. He escuchado que hay mujeres que no quieren que se la realicen sus parejas para que no anden de "locos". En realidad mi decisión obedeció a refrendar mi compromiso de mi palabra empeñada, nada más y nada menos. Es para mi esposa pero lo hice por mi.
  2. Es fácil solicitarla. Intenté hace un par de años ver si me la hacía con un médico particular para no ir al IMSS u otro hospital público. Pensando que incluso me pudieran dar anestesia general y no saber nada al respecto. La respuesta fue NO, era cara para mí unos 10,000 pesos y no se requiere anestesia general lo cual hasta podría ser más peligroso. Así que terminé yendo a la clínica 27 del IMSS en San Borja y Gabriel Mancera. Me dieron cita para 2 meses después. Sólo necesite mi IFE e invertí 30 minutos y una parte de la mañana.
  3. La revisión previa. Yo supuse que al solicitar la cita solo era que me apuntarán en la agenda, pues no. Me pasaron a auscultar, todo lo que se pudiera pensar entre excitante, sopresivo, pues ese examen no tiene nada de glamoroso. Quitarse la ropa y recostarse para que pase la Dra. o Dr. y un par de estudiantes para manipular tus genitales no ayudan a disfrutar el momento. Si duele si no encuentran rápido los conductos, literalmente te voltean el testículo.
  4. Preparativos. Me solicitaron que la noche anterior a mi cita para la cirugía me rasurará mis genitales, llevara una lycra y una botellita de agua. La rasurada solo ayudo a incrementar mi admiración por las estrellas Porno, las mujeres que se depilan el área del bikini y todos los que por comodidad estilan ese look fresco. La noche anterior no dormí mucho, la ansiedad me estaba carcomiendo. 
  5. El día de la cirugía. Si efectivamente es una cirugía, tal como suena y por muy sencilla tienes que estar preparado con un desayuno ligero, presentarte, llenar el papeleo, consentimiento, encuesta  y esperar que te llamen para bajar a quirófano. De preferencia es bueno ir acompañado pero no indispensable yo fui solo, pero en taxi.
  6. La cirugía. Bajé a quirófano, me cambié de ropa, por la bata, la gorra, el tapabocas, los zapatos y ahí vi mi pesadilla, la mesa de operaciones, a un lado el instrumental con pinzas, tijeras y demás. Me recosté, traté de acomodarme. La Doctora, los dos estudiantes de medicina, el enfermero y yo, intentamos parecer que todo era normal y de rutina con pláticas triviales, etc. Decidí concentrarme en el techo, respirar profundo, mientras acomodan el "campo" que son las sábanas con el hoyo para la operación.
  7. Sí duele, el primer piquete de la anestesia duele, es un piquete justo debajo de donde inicia el pene y los testículos, claro no duele cómo una muela, pero duele un poco. La siguiente parte es que arde, si sientes como arde cuando pasa la anestesia local hacia tu testículo. Ya después comienzan a trabajar en tí, no duele pero si molesta y si sientes como trabajan contigo, la verdad eso de servir de práctica para estudiantes no es muy divertido que digamos a menos que tengas una buena actitud.
  8. Pusieron música para relajarnos y al ritmo de Cardio de Miguel Bosé y toda una selección musical para relajarnos. Se tardaron como 40 minutos, se supone que la operación dura entre 15 y 20 minutos. Incuso tuvieron que poner un poco más de anestesia, porque estaban tardando un poco más. Conforme te van haciendo los cortes te muestran lo que cortaron, que mas bien asemeja un pedazo de manguera delgada de plástico, te muestran los trozos. Hasta el momento tengo muy presente esos trozos.
  9. Finalmente ves como están maniobrando para poner todo en su lugar y al final te hacen un movimiento muy curioso en escroto para que se vuelva a acomodar todo. Te limpian (bastante frío), te quitan la tela adhesiva con la que tuvieron "fijado" el pene y bueno les recomiendo también tener rasurado la pelvis, porque sino los depilan.
  10. Efectivamente sales caminando casi no sientes mucho, te ponen solamente una gasa y puedes moverte. Pero acaba uno con una sensación rara de adolorido sin sentir dolor, cansado. Me fui caminando para tomar un taxi, claro porque todavía tenía efecto la anestesia. Cuando pasó si que te sientes adolorido y raro, porque no puedes hacer movimientos bruscos, tienes que tener hielo constantemente y usar la lycra como ropa interior.
No es una cesárea, pero no es cosa menor tampoco, es un procedimiento quirúrgico y muy posiblemente por una semana te de miedo toser porque sientes raros los testículos.


Pero bueno ahora si ya estoy en el club de Canderel: Endulzamos pero no Engordamos, o como quien dice fui una edición limitada. Mi reconocimiento para los hombres que se someten a estos procedimientos por las razones que quieran y también mi comprensión para los que les da miedo. Yo estuve ahí y sigo vivo.

Cuando México dejó de creer

Muy pocos saben que en vez de nuestro tradicional grito de ¡Viva México! en lugar de festejarlo el 16 de Septiembre, lo deberíamos festejar el 27 de Septiembre y en lugar de 200 años independientes, tenemos 189 años de reconocernos como un pueblo liberado y reconocido en el mundo occidental.

Y el asunto de la Revolución Mexicana no es menor, porque mientras algunos podrían decir que el conflicto casi terminó en 1917 otros podrán decir que hasta 1940 y entonces en el mejor de los casos 1920, con lo cual ningún centenario se debiera festejar si acaso 90 sino es que 70 años.

Y todo esto viene porque parece ser que nos encanta festejar comienzos y no consumaciones. Pero que podemos decir, somos un pueblo que le gusta Celebrar más que Conmemorar e incluso Honrar. Y es que en esa diferencia de conceptos reside mucho de lo que nos ayudaría mucho como país.

Celebrar se refiere más que otra cosa a la fiesta, en cambio Conmemorar se refiere a hacer memoria de lo que ha pasado y Honrar es reconocer por lo que se representa. Todo suena muy similar pero es muy distinto.

México, creo yo. Está pasando por un difícil adolescencia, apenas tenemos menos de 200 años como país que conocemos, ya sin el romance del Imperio Azteca (minado por sus propios enemigos), ni por la Colonia durante de 289 años que creo un nuevo tipo de Mexicano, donde nació una nación mestiza que combinaba tantas cosas.

Ahora en este siglo México se enfrenta a su pasado y deja de creer en todo lo que ha creído en estos 200 años, en la doctrina religiosa, en el patriotismo romántico y mal entendido, en los supuestos héroes, en la política ha dejado de creer desde hace mucho, en la familia como la conocía, en el deporte, en el futuro.

Pero de ahí viene mi reflexión, para saber a dónde vamos necesitamos saber de dónde vinimos, saber y reconocer que todos aquellos que han pasado en estos 200 años, que son poco más de 4 generaciones, que han hecho para sobrevivir, para que tú y yo naciéramos y tuviéramos la oportunidad de hacer lo propio para los que vienen.

De ahí viene el Honrar a todos los que hicieron lo necesario para que tuviéramos la vida y hacer algo útil con ella, Conmemorar sus esfuerzos y sus acciones por los pocos o muchos derechos que tenemos y seguramente ellos no tenían y Festejar por tener la oportunidad de hacer lo propio.

Saber que al nombrar a héroes o caudillos, no nombras a esos hombres y mujeres en particular, sino a todos los que representan a todos los que hicieron esas ideas o acciones perdurarán lo suficiente como para que las conociéramos.

Mucho de la Historia de México no me agrada, no me agrada la versión, no me gusta la realidad actual, pero creo que tengo la oportunidad de crear condiciones para que mis hijos  puedan hacer algo para que al menos ellos puedan seguir creyendo el futuro de ellos y del país en el que nacieron y nos guste o no, es nuestra casa.

Mala Pata o Pata Mala

Pues finalmente pasó, dí un mal paso que me ha orillado a cambiar dramáticamente mi estilo y ritmo de vida momentáneamente.

Era un domingo como cualquier otro, pero con la diferencia que estaba disfrutando de la sombra en una terraza en algún lugar de Cuernavaca. De pronto fui interpelado por un par de chamacos insistentes a que les acompañara a realizar unos pases de fútbol, uno de ellos mi sobrino, el otro mi hijo que gracias a sus padres carece de esa pasión por el balónpie, pero como sea también ansioso de jugar con su primo.

Cómo se pueden imaginar, soy el prototipo del hombre maduro que gusta de la charla, del café, del cigarro, la cerveza, whisky, tequila y disfrutar de un buen partido de mis aguerridos Vaqueros de Dallas en Televisión. Fuera de ahí mi experiencia y práctica deportiva se remonta a los ayeres cuando corría en Zacatenco y de eso hace 20 años. Además de un considerable sobrepeso bonachón.

Pero ante la insistencia y la posibilidad de mostrarle a mi hijo, que al menos conocía los movimientos básicos del balón. Decidí abandonar la interesante charla, mi delicioso cigarro y café y me puse en pos de anotar un gol.

Transcurrieron varios minutos de intensa actividad y después de una cátedra de colmillo de 30 años sobre unos mozalbetes de 7, estábamos disputando entre 3 niños y yo (mi hija también se unió al fervor) y en eso ¡Zas!

Según leí días después, es muy común la lesión: La edad promedio en adultos varones no deportistas es de 37.5 años, sólo faltaba decir que generalmente con sobrepeso y en un domingo por la tarde jugando fútbol: Lesión de ligamento y meñisco o sea un cliché total.

El pie que pisaba el balón, se trabó. Mi cuerpo todo excepto ese pie se cayó del lado izquierdo mientras el pie seguía en el mismo lugar. Un sólido sonido crack-crack-crack me angustió mientras caía. Ya sabía que no era bueno. De hecho pocas veces el "crack" es un buen sonido.

Grité y maldije mientras un dolor intenso me recorría la pierna que ya no controlaba y sentía como se comenzaba a doblar engarrotada. Mi esposa me auxilio a estirar rápidamente la pierna y por mi parte traté de revisar el nivel de lesión. Estuve un buen rato tirado en el pasto, me dicen que todavía quedó mi silueta grabada en el jardín ja!

Decidimos trasladarnos a la Ciudad de México para mi atención médica, al ser derechohabiente tomé la decisión de usar el IMSS un servicio que no había utilizado, fue algo no muy grato. Llegué a la Unidad Médica Familiar 28 en el eje 10, en medio de un aguacero y granizada, que soportamos mi esposa y yo, porque no teníamos donde cubrirnos en medio de la explanada. ¿Resultado? No me atendieron tenían mucha gente y después de pasar una hora en una inútil fila para ver si me podían atender sin papeles y sin que fuera mi clínica asignada.

Frustrados nos dirigimos a la Clínica 27 ubicada en San Borja y Gabriel Mancera, dónde debo hacer un especial reconocimiento, una excelente calidad de servicio. Me atendieron rápidamente, amable y eficazmente en todas sus áreas el Médico, Administrativos, Rayos X, Enfermería y Vigilancia. Me diagnosticaron y me turnaron al Hospital Regional con especialidad en Traumatología, que ya fue otra historia, pues su servicio estaba muy demandado.

No es una experiencia grata estar en un área de urgencia de Traumatología en domingo por la noche, ves cosas nada agradables, que tienen que esperar, parece zona de guerra, aunque dicen que los viernes y sábados es peor. Lo que más duele ver, es a los padres con niños esperando atención.

Comencé mi viacrucis a las 14:00 hrs y termine a las 23:45 saliendo de las bombas con una férula calza de toda la pierna, varias inyecciones contra el dolor y con un diagnóstico escueto, de rodilla inestable, lesión de ligamento medial y meñiscos.

Pero ese era el comienzo de más de 30 días en recuperación, trámites, trabajo desde casa y una profunda reflexión sobre este punto de mi vida del "para qué" ocurrió este incidente. Creo que pronto tendré la respuesta.