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Hace mucho me cosquilleo la fantasía y la melancolía y cuando las saqué de mí se volvieron letras, luego se fueron al olvido y de ahí parto, para compartirlas con mis amigos.

viernes, 11 de octubre de 2013

La Primera Comunión

Ya se avecina el magno evento católico familiar de la Primera Comunión de mi hijo mayor y ahora me encuentro envuelto en la histeria, júbilo y preocupación por la celebración de tal evento.

Para comenzar me gustaría aclarar mi posición religiosa: Soy Católico a la Mexicana, es decir estoy bautizado, asisto a los ritos y demás "cuando me nace" o sea ya saben pura pachanga.

Así que con todo esto del catecismo, checar lo del traje, padrinos, desayuno, etc. No me queda más que recordar como fue la mía y por lo mismo porqué estoy haciendo tanto sacrificio para esta.

Recuerdo que fue mi Abuela la que me inscribió al Catecismo de la Parroquia de la Santísima Trinidad en Tacubaya (hoy al lado del Periférico) y durante varios sábados asistí a la escuela del Catecismo, incluso recuerdo a las maestras (más estrictas y gruñonas que las de la escuela primaria) y según fuéramos avanzando en el famoso librito con la cara del niño Jesús (bueno eso me decían en la escuela).

Mucha práctica, mucho nervio y también muchos tamales los sábados, por eso cada vez que voy a misa, se me antoja un tamal de dulce supongo. Los Verdes no me gustaban cuando niño, porque para mi mala suerte estaba de moda contar sobre la Señora Tamalera que mataba niños para venderlos en tamales, no quería encontrarme un dedo.

Así que llegó casi el día, practiqué mi confesión, mi comunión, cada cosa que me preguntará el Sacerdote (era el examen final) y por fin aprobé para estar listo en la magna ceremonia.

Por parte de mis padres que estaban separados pues programaron hacer las pases para acompañarme, además de mis tíos abuelos que serían mis padrinos y por supuesto mi orgullosa abuela. Todo parecía bien hasta que ...

Llámenme loco o tal vez la presión social, pero el evento estaba tomando importancia para mí, ya me estaba haciendo ilusión de vestir mi traje, con corbata, zapatos bien boleados, presentarme en misa, salir orgulloso con mi familia, irnos a desayunar algo que yo quisiera (quería ir a Burger Boy).

Pero... Mi Padre tuvo la fabulosa idea de comprar el traje en la Lagunilla y no medirlo, así que justo para el momento el día anterior cuando me probe mi primer traje: Azul Marino para un niño de 10 años, tenía el largo del pantalón para un niño de 8 y el bendito saco era una cosa rara las mangas largas como la cuaresma, no sé bien si lo compró o muy barato o en la sección equivocada del mercado porque parecía de payaso. Ante semejante escenario solo quedó el Plan B: Estilo César Costa, con suéter blanco, pantalón de brinca charcos y  corbatita. ¡Chales!

Pero ¡Recontra Chales! cuando acabó la ceremonia y yo deseoso de ir a desayunar (eran como las 11 y ya la tripa se movía). Mis padrinos - tíos tuvieron el detalle de llevarnos a La Villa. ¡Sí claro! no bastó la misa, los meses de catecismo y los ensayos, había que dar gracias a la Virgen de Guadalupe. Y yo doblado de hambre.

Pero después del sacrificio me dije vamos por una Bronto Doble, me la saboreaba pero ... que mejor que ir por unos caldos de Pollo a Caldos Zenón pues es para el chavo. Del caldo ni me acuerdo, pero si del silencio incómodo entre mis padres, la plática animada de mis tíos con mi abuela y mi desencanto de desayuno.

Agradezco infinitamente ese recuerdo, el detalle de mis tíos-padrinos de llevarme a La Villa, invitarme a desayunar (terminó siendo comida) y el esfuerzo equivocado de mi padre para elegir un traje sin tomar en cuenta mi talla. Pero en serio Gracias después de todo eran los 80s.

Ahora le tocará a mi hijo, que seguro escribirá su queja en algunos años sobre lo que le habrán hecho pasar sus padres en tan magna celebración aunque estará lejos de esta gracias al esfuerzo de su mamá y de que yo no voy a comprar el traje.

sábado, 6 de abril de 2013

Lecciones en el camino de perder peso

He pasado por dietas, ejercicios, cápsulas, nutriólogos e incluso un bariatra para intentar bajar de peso y los resultados no han sido duraderos porque sabía que por muy espectaculares que fueran los resultados pasando de las 8 a 12 semanas, lo mandaría todo al diablo.

Llegué a la conclusión que como todos, iniciamos con un gran entusiasmo y le echamos muchas ganas para bajar esos 10, 15 o 25 Kg. extras que han amenazado mi calidad de vida, pero repentinamente me cansaba y renunciaba.

Todo se traduce en una carrera, que en 3 o 4 meses quieres regresar a tu peso con el que llevas varios años y piensas que por el momento te tienes que abstener o no volver a comer lo que te gusta en toda tu vida.

El enfoque anterior no me ha funcionado, así que cambié en el enfoque por causas y por un viaje largo con destino a una mejor calidad de vida, lo que me ha llevado en los últimas 14 semanas a mantener una tendencia a  la baja y sentirme muy cómodo, así que comparto una lista de las lecciones aprendidas hasta el momento en el viaje.


  1. Tu cuerpo refleja como te sientes por dentro. Sí efectivamente no verás otra cosa que una consecuencia de algo con lo que no estás cómodo o cómoda en tu interior. Comienza a resolverlo, claro no esperes a arreglarlo para arreglar lo de afuera.
  2. No hay peso ideal, ni figura ideal, pero si hay un peso recomendable para minimizar problemas de salud. Revisa con qué te sientes cómodo y ahí es tu destino. Tampoco se trata de llegar al peso que tenías cuando 20 y ahora tienes 35 o 40. La "guapura" llega con una autoaceptación de quién realmente eres. Ah poco no resultan irresistibles aquellas personas que se sienten realmente cómodos con quién son.
  3. Si tienes sobrepeso u obesidad, no llegaste ahí en un día ni te quedaste un día. Decidí llegar y quedarme en ese peso concientemente o inconcientemente por mis propias razones y ahora Decidí salirme de ese peso concientemente por mis propias razones.
  4. No cambies por otras personas. Lo clásico, mi novia o esposa me va a dejar, mis hijos, mi perro. Cualquier cambio requiere la aceptación personal de las consecuencias.
  5. Encabrónate. Así es, no te enojes, molestes y mucho menos te sientas triste por estar gordo. Si te encabronas contigo mismo, es la única forma de lograr el verdadero cambio. Cuando solo te enojas, molestas o te pones triste, se te pasa o peor aún te echas en un charco a esperar la muerte o a que llegue el Genio de la lámpara a resolver tu problema. Cuando te encabronas contigo mismo te dan ganas de cambiar las cosas para que no vuelva a pasar. Pero después de encabronarte y quemar con el pasado, viene la parte 10 que es la más dificíl.
  6. No hay atajos. Los jugos, pastillas, aparatos de ejercicio, dietas mágicas, desintoxicaciones y mil cosas no te sacarán del problema, es un viaje LARGO así que necesitas mucho coraje (encabronamiento) y paciencia. No llegaste en un día ni te irás en uno.
  7. Infórmate. Se conciente lee y estudia pero de fuentes reales no solo Internet, ni de lo que te dijo tu cuñada o la Señora de los Tamales. La clave es la conciencia.
  8. Agradece a tu cuerpo. Toma un minuto cada mañana y dale las gracias a tu cuerpo, que no eres tú, pero es un valioso vehículo del que has abusado mucho y aún así te da servicio. Prométele que ahora lo cuidarás mejor. Es como cuando te encariñas con tu coche, comienzas a tratarle mejor.
  9. Cuídate. Si todo mundo lo dice y parece algo sencillo, pero seguramente si tienes obesidad o sobrepeso, el asunto de la autoestima no es la más fuerte de tus áreas. Así que haz algo que te indique  que te cuidas como al primer síntoma de gripa ir al Doctor, untarte crema lentamente y sentirte hidratado, lavarte los dientes, ir al dentista, comprar unos zapatos cómodos o algo que diga que te estas cuidando por lo menos un poco, pero conciente siempre conciente.
  10. Perdónate. Así es, todo lo otro es fácil pero perdonarse a si mismo para muchos nos resulta muy difícil. Acepta que fuiste lo suficientemente idiota y ciego para llevarte y llevar a los que quieres a un lugar que no deseabas. Acepta que fuiste lo suficientemente soberbio para pensar que podías resolverlo con lo que tenías. Acepta que te perdiste. Acepta que eres humano como cualquiera y que te equivocas como cualquiera. Acepta que como cualquiera puedes enmendar tus faltas. Acepta que harás cada día lo necesario para si no resolver el problema, por lo menos no agrandarlo. Acepta que vale la pena hacer otro viaje para ver si puedes llegar a dónde realmente quieres. Acepta que vale la pena perdonarte.
He aprendido otras cosas que seguiré compartiendo conforme viaje más adentro.

Y las semanas pasaron

Para los que tenían el pendiente. Sí ya concluyó el reto de El Gran Perdedor en la Oficina y tuvimos excelentes resultados, y mucho aprendizaje.

El ganador fue un compañero que le invirtió mucho durante las 8 semanas en comer sano (traía comida de casa) y retomó actividades deportivas y le bajó al consumo de Cerveza y Alcohol.

¿El resultado? Durante las 7 semanas nunca estuvo al frente, pero iba bajando bastantes centímetros en cintura y algunos Kg. En total bajo 10 cm. y 4.5 Kg, sin necesidad de realizar una dieta rigurosa como no comer pan, tortilla o quitarse algunos gustos y lo mejor es que salió de la Obesidad y pasó al Sobrepeso.

En mi caso pude reducir la nada despreciable cantidad, de 4 Kg y 8 cm de cintura, sin dejar el pan, la tortilla, pero si me aleje del refresco aunque fuera de dieta.

¿Qué fue lo mejor que obtuve de este reto?
 UN NUEVO HÁBITO y ESPERANZA RENOVADA

Para cambiar un hábito se requieren poco más de 90 días de repetición continua y eso al menos ya obtuve a la fecha junto con 10 cm de cintura menos y 6 Kg. Que en realidad deben ser 9 Kg contando los que llegué a tener y claro 4 hoyos de cinturón recorridos.

En el siguiente POST les paso de las lecciones más valiosas que he ido aprendiendo en este proceso, falta mucho para mí, pero el camino luce muy diferente que como lo inicie en Enero.

jueves, 7 de febrero de 2013

El gran perdedor

Me traje el título del programa de Televisión para que personas obesas realmente obesas, puedan perder peso. Así que instrumenté mi propio programa en la oficina.

Excesos y abusos sobre mi cuerpo que se ha portado excelente con semejante pasajero, me han hecho que tome la determinación de tratarlo mejor, pero más allá el cambio viene de darse cuenta de algo importante ... sólo es reflejo de lo que pasa adentro.

Así que invite a varios compañeros de la oficina a realizar un "concurso" de 8 semanas para revisar quien bajaba más de peso y cada quien aportara 250.00 MXN así que el que bajara más se llevaba toda la bolsa.

Al principio solo éramos 4, pero juntamos hasta 7 personas más e instrumentamos todo un programa de seguimiento y apoyo.

Lo primero era saber como íbamos a medir la bajada de peso, porque algunos como yo, estamos en nivel de obesidad y otros están solo con sobrepeso, así que tratamos de hacer un marcador justo:


  • Sacamos el IMC (Indice de Masa Corporal) que es el factor que nos índica con respecto a nuestro sexo y peso, que tan bien andamos. La idea es que nos acerquemos al 25 tanto como podamos. 
  • Además medimos la cintura y también la idea es que estemos cerca de los 100 cm en el caso de los hombres y de 90 en caso de las mujeres
  • Así que nuestro puntaje es la cantidad de IMC que hayamos perdido + Centímetros de Cintura perdidos

Para ser honesto no espere el entusiasmo por participar, pero ha sido muy bueno, ha sacado cosas interesantes en nuestro grupo, además de apoyarnos mutuamente, porque aunque no ganemos nada, habremos perdido algo y eso es lo que importa.

Así que ya les platicaré de esta loca aventura