Ciudad de México, martes 5 de mayo de 2020
Uno de los departamentos tuvo una "pequeña" fuga de agua y como se renta ocasionalmente, al parecer dejaron una llave goteando y junto con un fregadero tapado, durante 15 días. Resultado: Una gran inundación al departamento de abajo y así otros 2 pisos.
Los vecinos tuvimos que salir de nuestro "aislamiento" para trabajar juntos en palear el agua, ayudar a secar, cortar el suministro del agua, cortar el suministro eléctrico y así. Así de súbito como llegó la cuarentena, así se interrumpió y luego regresamos.
En estas semanas he asistido a un velorio exprés, ayudar a vecinos y adentrarme en una zona de alto contagio en la Central de Abastos, que me hace sentir como en una escena inicial de Soy Leyenda.
Sigo por un lado envidiando a los que están aprendiendo a tocar guitarra, acaban todas las series de Netflix, porque mis jornadas son más largas. Apenas ya pude tener un día libre el 1 de mayo y eso por la inundación.Pero supongo que también soy envidiado por conservar todavía ingreso y trabajo.
Siendo honesto todavía me da más miedo regresar que seguir encerrado. Me asustan más las expectativas ingenuas. Sigo pensando que no será mejor, sí será diferente, pero no necesariamente mejor.
Mientras seguiré escuchando mi audiolibro, ya que no tengo tiempo de leer.
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