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Hace mucho me cosquilleo la fantasía y la melancolía y cuando las saqué de mí se volvieron letras, luego se fueron al olvido y de ahí parto, para compartirlas con mis amigos.

domingo, 5 de abril de 2015

Hablemos de Felicidad

Sucede algo curioso, en particular conmigo y es el tema sobre escribir o crear y es que parece que el dolor hace que fluya todo tan fácil.

Debo admitir que cuando me siento herido, infeliz, triste y particularmente miserable, las letras y los proyectos se me dan mejor que cuando estoy feliz.

La Felicidad erróneamente la hemos definido como una meta en la vida, o al menos es uno de los conceptos que muchos solemos tener de ella. Es algo que adquieres, es algo a lo que llegas o es algo que buscas.

Pero la Felicidad es un estado emocional, así como la tristeza o la ira, y no creo que alguien vaya buscando a esas dos o esté en sus objetivos alcanzarlas.

El asunto es que la Felicidad es un pasajero que se sube de vez en cuando en nuestro tren, con el que da gusto platicar y es tan atractivo, tan simpático, tan encantador que no te das cuenta de los otros pasajeros o incluso de lo otro que estabas haciendo y luego se baja y entonces quisieras que vuelva a subir.

Y entonces es cuando viene el miedo y se sienta a tu lado a charlar, distrayéndote de la Felicidad, Viene a decirte que se va a bajar, que tal vez no se vuelva a subir, que la disfrutes mientras dure.

Y así transcurre nuestra vida buscando la Felicidad, cuando solo es una consecuencia, una afortunada consecuencia entre suerte y decisiones. Y aquí me tienen que sumergido en la agradable charla de la Felicidad.

Intenté hablar sobre Felicidad como un reto, porque ahora gracias a Dios me encuentro charlando con ella en mi tren y aunque el miedo viene de vez en cuando también me da tiempo para platicar un rato con ella de vez en vez.

Después de todo también se puede hablar de Felicidad, aunque cause envidia, incredulidad o cinismo. Porque admitamoslo, que impresión causa alguien que te diga que se siente realmente feliz.

Así que te invito a que te sientes a platicar con ella, a disfrutar de su agradable charla, a disfrutar de sus modales, de su simpatía, de la gracia que le rodea, a que te dejes llevar por el encanto, porqué seguramente hiciste algo bien para que se sentara a tu mesa.

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