En cuanto al trabajo es tan curioso, porque se reduce a dos aristas que nada más no convergen, se acercan pero no convergen, ya los años, el socialismo y capitalismo, los muros y las crisis nos lo han demostrado. La Política y la Economía.
No importa que políticas existan mientras haya necesidad, así que ahora nos encontramos en un ambiente y cultura laboral tan hipócritas o más que los desfiles en tiempos de Salinas. Lo cierto es que ahora pocos tienen Seguro Social o si lo tienen lo tienen tabulado de otra manera para poder evadir mejor al fisco.
Los que "defienden" los derechos solo sirven para hacer política y buscar una curul, presidencia o lo que gusten, aunque sea solo poder. Solo movilizaciones y las retóricas de siempre y carne de cañón contra granaderos que también solo hacen su trabajo y no reciben mucho de sueldo, pero al menos estan ahí por las prestaciones.
Los que alguna vez han intentado ser empresarios o lo son, conocen de las infames cuotas al IMSS, a Hacienda, el 2% sobre nóminas y las quejas o juicios en Conciliación y Arbitraje que solo trae dolores de cabeza y en muchas ocasiones para trabajadores deshonestos.
Pero también existen los explotadores, incluso sabemos todavía de esclavismo, que se traen a indígenas y si bien les va quedan trabajando en casas como ayudantes domésticas o de plano llegan a la trata de blancas o en fábricas que no les permite ver el el sol, para maquilar mercancía que sólo Dios sabe.
Entonces se pregunta uno, ¿ A dónde va todo esto? Yo creo en el libre mercado, pero también creo en Gobiernos resposables que puedan mantener un equilibrio sano entre trabajadores y patrones y que ambos se encuentren protegidos por las cuotas que generan para que ese gobierno exista.
Hay una fiebre que ya nos había atacado, de la cual sufrimos muchos años y parece resurgir y no era por la influenza porcina, era la anti-chilango. Esa fiebre es una manifestación de algo peor: anti-mexicano o como quien dice la venganza de los tlaxcaltecas.
Entendamos que México es un gran país y no es una gran ciudad y los que viven en la Ciudad de México, son el reflejo de ese gran país que se han aglutinado, pero que existe gracias a todas esas ciudades, poblados y ciudadanos de todo el país.
Mientras no entendamos que la amenaza es nuestra actitud y no nosotros, seguiremos en la cubeta de los cangrejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario