Hay todavía una extraña tensión en la tradicional cotidianidad matutina. Esa ansiosa tensión en que es pero todavia no es el momento.
Yo solo alcanzo a decirte que lo hagas, mientras que la emoción sea más que el miedo, lo hagas.
No paro de llorar, no paro de extrañarte y no te has ido y a la vez me siento tan ansioso, orgulloso y con tantas preguntas.
Llega el momento, llega el momento de que tanto tu como nosotros lo hicimos bien. A partir de mañana ya nada es igual otra vez.
Y así transcurre mi vida en los últimos años, sin ser iguales y comenzar otra vez.
Estoy feliz por ti, por mi no tanto, la verdad es que lo que venía siendo y haciendo me gustaba aunque podía serlo y hacerlo mejor. Ahora ya no lo seré y no lo haré igual y tal vez eso es lo que me tiene triste y feliz.
Me despido en esta víspera de lo que fuimos, de lo que hicimos y ahora voltea para lo que serás y harás por tu cuenta. Mientras yo haré lo mismo por mi parte.
Buena suerte hijo, llevas mi bendición mejor compañero de viaje hasta esta estación no pude haber tenido. Soy muy afortunado. Ahora te mando un par de golpes en la espalda y no se si es para empujarte o para empujarme a mi y así poder seguir cada uno.
Hasta siempre.
Septiembre 2023